La caligrafía árabe (breve historia II)

Arabófilos


En el artículo anterior, exploramos los orígenes de la caligrafía árabe y cómo esta forma de arte experimentó un declive después de la caída del Califato Abasí (الخلافة العباسية). Analizamos cómo la influencia del nabateo y el siriaco contribuyeron al desarrollo de la escritura árabe, y cómo el islam desempeñó un papel fundamental en su promoción y difusión, convirtiéndola en una expresión artística de gran importancia, y su uso como muestra de poder y prestigio. Si aún no has tenido la oportunidad de leerlo, puedes consultar el artículo aquí para ponerte al día.


En el día de hoy, nos adentraremos en un nuevo capítulo de la historia de la caligrafía árabe: los cambios revolucionarios que experimentó durante la era otomana, llevándola hacia la modernidad y finalmente a la contemporaneidad. Descubriremos cómo los calígrafos otomanos dejaron su huella en la caligrafía árabe, introduciendo nuevos estilos y técnicas que rompieron con las convenciones clásicas y llevaron este arte ancestral a nuevas alturas de expresión y creatividad. 


La caligrafía otomana

Qarah Hisari

Aunque los otomanos no hablaban árabe, utilizaron la caligrafía árabe como su sistema de escritura, y esto dio lugar a un impresionante desarrollo artístico. Además de su uso en textos religiosos, la caligrafía otomana encontró su camino en el arte decorativo (que conservaba un tono religioso solemne), creando obras asombrosas y originales. Desde cuadros caligráficos hasta tugras y caligramas, estas formas de expresión caligráfica ampliaron los horizontes del arte y enriquecieron el patrimonio cultural otomano. Es increíble cómo la caligrafía trascendió las barreras lingüísticas y se convirtió en un lenguaje universal de belleza y creatividad. 


Entre los calígrafos otomanos más destacados se encuentra Hamdullah al-Amasi, reconocido como el fundador de la caligrafía otomana. Su contribución más notable fue la creación del estilo diwani en el siglo XV, el cual se utilizó en las cancillerías otomanas y revitalizó los seis estilos caligráficos existentes. Al-Amasi logró dar ligereza y energía a la escritura, explorando nuevas concepciones de espacios y proporciones. Otros calígrafos, que también desempeñaron un papel importante en el desarrollo y enriquecimiento de la caligrafía otomana, son Mustafa Raqim Efendi, Hafiz 'Uzman, 'Abd al-'Aziz al-Rifa'i, Haqi Altun Bazar y Hamid al-Amidi . 



Esta etapa llegará a su fin con Mustafa Kemal Ataturk, el fundador de la nueva Turquía, quien decidió romper los lazos con lo árabe, incluyendo la grafía. Aunque esto hizo que la caligrafía árabe perdiera protagonismo en Turquía, despertó un nuevo interés en los países árabes. Con su independencia en el horizonte, estos países se convirtieron en el destino de los grandes maestros turcos de la caligrafía. Así, la atención regresó a los países árabes, dando inicio a una nueva etapa llena de creatividad y experimentación. 


Los calígrafos árabes, en los siglos XX y XXI, continuaron impulsando la innovación en este arte milenario. Exploraron la caligrafía en conjunto con las vanguardias artísticas, generando creaciones sorprendentes que mantienen viva la riqueza y la constante evolución de este arte. La caligrafía árabe se convirtió en un medio para expresar la identidad cultural y la creatividad de las sociedades árabes, fusionando las tradiciones caligráficas con nuevas formas de expresión artística. Esta continua experimentación y exploración ha llevado a la caligrafía árabe a nuevos horizontes, manteniéndola como un arte vibrante y relevante en el panorama artístico contemporáneo.


La caligrafía árabe contemporánea   

En el siglo XX, la caligrafía árabe experimentó una explosión de movimientos y visiones que desafiaron las convenciones y demostraron la vitalidad de este antiguo arte. Los dos movimientos más destacados de esta época fueron el neoclasicismo y el grafismo árabe, los cuales, exploraron nuevas formas de expresión y fusionaron tradición y modernidad.


Neoclasicismo

Los calígrafos neoclásicos se aferraron a los cánones clásicos a través de la prestigiosa Escuela Regia de Perfeccionamiento Caligráfico en El Cairo. de la cual, destacan figuras como Muhammad Mahfuz y Hashim Muhammad al Bagdadi, quienes jugaron un papel fundamental en el resurgimiento de la caligrafía en sus respectivas regiones. Mahfuz, por ejemplo, introdujo las innovadoras "letras con corona", mientras que al Bagdadi revitalizó la caligrafía en Iraq, llevándola a nuevas alturas de expresión artística. Esta transformación marcó un nuevo capítulo en la historia de la caligrafía árabe y abrió las puertas a una exploración artística sin precedentes.



Grafismo 

En el grafismo árabe contemporáneo, los artistas han llevado la caligrafía a nuevos horizontes, explorando el poder de las letras y las palabras como elementos formales en sus obras. Sin embargo, a diferencia de la caligrafía tradicional, en esta corriente no le da importancia al contenido sino a la forma. Figuras destacadas como Madiha 'Umar, Yamil Hamudi y el Grupo de Bagdad de arte moderno han liderado este movimiento, buscando un arte moderno que se inspire en la rica tradición caligráfica del mundo árabe. Su enfoque se basa en la experimentación con la abstracción y el simbolismo de las letras, creando obras que desafían las convenciones y rompen con los significados tradicionales. Otros artistas destacados serían Nja Mahdaoui, cuyas expresiones ilegibles desafían las convenciones y sorprenden al espectador árabe con la ausencia de un mensaje concreto. Kamal Boullata emplea el intenso cromatismo y cautivadores juegos geométricos en sus obras, inspirándose en el legado cultural araboislámico para transmitir la riqueza de esa herencia en un contexto contemporáneo. En muchas ocasiones, estas obras consisten simplemente en letras conectadas entre sí, despojadas de cualquier significado aparente. Es un movimiento audaz y desafiante que nos invita a repensar el potencial artístico de la caligrafía árabe y su capacidad de transmitir emociones y conceptos más allá de la palabra escrita.




Esta explosión de movimientos y estilos en la caligrafía árabe en el siglo XX demostró la diversidad y la vitalidad de esta forma de arte. Los calígrafos exploraron nuevas formas de expresión, rompieron barreras y fusionaron lo antiguo con lo moderno. Continuaron evolucionando y dejaron una marca indeleble en la historia de la caligrafía árabe, demostrando que esta forma de arte milenaria sigue siendo un vehículo poderoso para la creatividad y la expresión en el mundo contemporáneo.


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